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¡Que suene la cuadra!

¡Que suene la cuadra!

Por: Hernando Flórez Bermúdez

Queridos contertulios. Yo sé de sus estilos ácidos y posiciones críticas frente a las festividades sanpedrinas del departamento, por eso supongo que en este blog yo estoy condenado a mediar entre ustedes y ellas. Comenzaré entonces con mi semana antes de la inauguración oficial del 50º Festival Folclórico, y lo advierto, me tomaré un par de licencias.

 Mis días empezaron frente a un salón lleno de niños llorando y mujeres de guantes con aguja en mano. Mi muestra de sangre fue afortunada, la primera en años. Una monita con manos de ángel me tomó el brazo y con la misma rapidez lo dobló con un algodón húmedo en medio. “Que pase buen día señor”. Lo dijo con tono triunfal, como diciéndome: sé que eres un cobarde y que tengo manos de seda. De todas formas me fui feliz. Llegué a mi barrio conservando el sentimiento de gloria, crucé la calle y supe que había iniciado el San Pedro.

 Mi cuadra era el atractivo turístico del barrio. Pasacalles bordados a mano, andenes pintados con cal, letreros en el pavimento, rabo de gallo en cada ventana, faldas, sombreros y Olímpica a todo volumen en el equipo de tres casas. Un verdadero festín mañanero, de esos que sólo saben hacer los vecinos de barrios populares, de esos que sólo los criados en comuna pueden disfrutar, yo el primero. Cada dos casas un letrero de Olímpica estéreo, cada dos casas otro de Comcel, la estrategia de las líderes era decorar con gracia y adular a los patrocinadores para ganar el premio: trago, música y lechona. Sencilla estrategia a cargo de una cuadrilla de amas de casa. Cuatro mujeres ingeniosas que contagiaron a toda la cuadra del deseo de ganar (trago, música y lechona). Incluso a ustedes, los contagiarían; ante ellas he visto sucumbir a los más huraños maridos, los he sorprendido poniendo colgandejos en las ventanas, recortando cartón con tijeras y cuando menos sonriendo como niños ante el nuevo orden de festín en que se ha convertido la cuadra. Se los digo, son impredecibles, puedes acostarte con una idea festiva de la cuadra, la más descabellada que te parezca, pero al día siguiente ellas te sorprenderán. Chivas en cartón parqueadas en plena calle, carrozas con reinas de juguete, tarimas con bafles de papel, lechones en espuma, tamales en hoja de plátano, becerros disecados, cantinas decoradas, tinajas, tinajeras y tinajones. Este parece un San Pedro feliz para las amas. Un día apareció frente a mi casa un chile en cascada sobre una balsa de cartón, decorada con pescados azules, rojos y amarillos. Los niños no se quedan atrás, no lo crean, cada vez que llegan los jurados enviados por la emisora renuevan sus atuendos, las niñas visten faldas de flores y blusas de reina con un peinado de miss universo fijado con gel; los niños aparecen encopetados con rabo de gallo al cuello, pantalón negro y camisa blanca, los trajes típicos de la fiesta. Cada uno asume un rol, una postura, una dignidad de anfitrión que abruma a los jurados aturdidos.

 Como ven, amigos, la mía es una típica cuadra calentana, y que quede constancia, no es un reproche, es sólo la muestra de una conciencia popular que también caracteriza la fiesta, que también existe en esta Ciudad y que finalmente representa el lugar desde donde escribo. Buena mar.

1 comentario

IckyTumb -

No quiero decir algo empalagoso y fastidioso, pero voy decir que es entretenido y jocoso...
valioso ...