Detrás de los postigos
Detrás de los postigos la ciudad se oculta,
Las avenidas pliegan sus frentes desgastadas.
Como un ladrillo que se apaga,
La calle en la penumbra se bifurca,
Los domicilios atrancan el mutismo.
Detrás de los postigos la ciudad se refugia,
Sueñan los puentes al abrigo de las luces;
Las ventanas y el asfalto murmuran igual salmo.
El silencio del cemento petrifica los semáforos
Y el grito del hombre ensangrentado.
Detrás de los postigos la ciudad se estremece,
En la mesa del fuego reverdece el albañil.
La tiranía del lujo carcome al opresor,
Se desaguan los ríos en los saquillos de los fuertes
Y la espera no derriba la comarca.
Alejandro Valle Cantor
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