Cabos
Por: Oliver Lis
Desato los cabos embestidos,
los cabos de labor,
los cabos contrahechos y taciturnos,
los cabos estirados de mi rojo estribo.
Los cabos negros, aquiltranados,
que rugen como saetas en ti
por la muerte del tiempo.
Cabos amarrados con un vivo rayo de sol.
Cabos haciendo desde el hilillo de tu voz un aparejo,
o una ballesta, una guerra o una competición.
Haces que el amargo dios Marte de tus días
salte como un jinete sobre el callado de Mercurio
hacia una revolución
y llevas los sueños de Morfeo
desde el valle de Somnus a mis plantas dormidas.
Desato los cabos de filásticas viejas,
los cabos que pasan por las estufas de la razón
y se pierden en las bodegas del Sanchit…
los cabos estirados de la arena y broza,
los cabos que pasan al derecho o al revés
por los obenques más quedos,
por esos brandales y masteleros sátiros de mis nervios;
como un sentimiento nuevo enredado eres tú,
laúd constelado,
cabo imbornalero.
Cabos de amura con filamentos de historia,
cabos febriles con fibras de guerra.
Más que cabos viejos son cabos,
Nuestros cabos roncos de extremeña higuera.
0 comentarios